POEMA DE: JOSÉ CARLOS LÓPEZ MARTÍN
silenciosa y dulce calma,
solo el murmullo bravío,
del retozar del agua.
Suave brisa de la sierra,
fragancia de madrugada,
bálsamo de una tierra,
de sentimientos sembrada.
Atorado firmamento,
ya no caben más estrellas,
luceros majestuosos,
iluminando la vega.
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