“Comparto la debilidad de la edificación y la restauración del patrimonio cultural con mi otra debilidad, la pintura, y el anhelo de poder pintar o dibujar todo lo que me deslumbra la retina”
Hace ya años que hice el firme propósito, de llevar siempre encima lapicero y libreta, para tratar así de atrapar, cada idílico momento en el que las musas llamaban a mi puerta. Intenté alguna vez plasmar en papel estampas que me apasionaban por su belleza pero desistía de inmediato consciente de mis más que evidentes limitaciones en las artes del dibujo, y es por ello que, ansiosa la creatividad por aflorar, optaba esta por transmitir a mis dedos el movimiento básico de la escritura en forma de ligados versos, que si bien por su caligrafía, harían daño a la vista del lector, por su esencia transmitían el reflejo de los sentimientos que percibía mi alma.
Últimamente, y gracias a la bendita tecnología digital, trato de captar cada soplo de excelencia con mi cámara fotográfica, confiado en que a posteriori, zambullido en las escenas, la inspiración amanezca en mi espíritu y surja un frenesí de letras que plasme la huella dejada, mas es evidente que las vistas capturadas andan muy lejos de transportarme a sensaciones tan especiales, como a las que me arrastró la realidad de los ángulos en que me deleité, no solo por las fragancias y misterios del directo, sobre todo por la escasa maña de la que siempre he hecho gala, en estas artes de luces, contraluces y sombras entre otras magias.
Fue la pasada semana, cuando animado a empaparme de la creatividad de los grandes, me acerqué a curiosear la exposición de pintura que tan amablemente quiso compartir con la gente de su tierra, la gran artista Delia Martín, y donde pude contemplar en los cuadros que exhibía, el especial tacto con el que nacen los genios, grabado en sus genes a fuego. Cada una de esas escenas que yo traté en vano de plasmar, con todo su realismo, amanecían en toda su plenitud a modo de óleos y acuarelas, en un auténtico festival de luz y color que plasmaba las exuberantes y caprichosas formas que a su antojo había modelado la Madre Tierra en su creación infinita.
Poesía en magnitud colosal, emanada de vivarachos pinceles, plasmada en versos de color y luz.
Las imágenes que aquí os dejo, son solo una pequeña muestra del enorme talento creativo de Delia Martín. Podéis ver todo su universo de arte visitando su blog “Entre Paletas y Pinceles”. Os aseguro que merece la pena.
ÚLTIMOS TRABAJOS
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- EXPOSICIÓN COLECTIVA DE NAVIDAD EN LA GALERÍA GAUDÍ
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